10-05-2016
Apenas ingresás a Casa de la Cultura podés sentir que la comunidad está presente y activa: a la derecha una nena de no más de 10 años acomodaba su chelo para comenzar a tocar; más adelante puede verse una cartelera que refleja la nutrida propuesta del lugar que, como signo de la administración de Gustavo Barrera, es una pequeña parte de esta etapa descentralizada de oferta cultural; y cruzando el pasillo hasta llegar al despacho de Rodriguez, puede apreciarse una de las tantas exposiciones de arte que se desarrollan en el espacio que comunica el ingreso a Casa de la Cultura con el auditorio principal.
Carlos Rodriguez se dedica al ámbito cultural hace más de 32 años, es hoy quien maneja el destino de la Secretaria de Cultura, Educación y Deporte de Villa Gesell.
El despacho de Rodriguez es austero, una imagen de Carlos Gesell ilumina el lugar, como indicando el camino a seguir, la necesidad de ver más lejos, donde otros no llegan a ver para poder “crear futuro” o “abrir cultura”, el concepto que no es simplemente una frase de venta, sino la filosofía de trabajo que el Intendente Barrera coordinó con Carlos Rodriguez para que manejara la cultura, la educación y el deporte local.
“Abrir cultura, es democratizar el concepto de cultura, que todos los habitantes de Villa Gesell tengan acceso a toda la actividad de la cultura, de la educación y del deporte” señala en sus primeras palabras Rodriguez.
“Ante una realidad nacional de cierre de espacios culturales, cuando me preguntan contesto convencido de que la cantidad de talleres que ofrecemos es una forma de brindar oportunidades, estar integrados, otra alternativa enriquecedora a estar en la calle o a las adicciones que permite una mirada diferente a esta realidad.”
Rodriguez se autodefine como un “instrumento” para lograr esa cercanía única que posibilita a los geselinos poder contar con una Secretaría activa, que canaliza la demanda social y la necesidad de mantenerse joven, en movimiento, con ideas nuevas, compartiendo colectivamente las actividades que son parte de una idea que “por la decisión de Barrera hoy podemos llevar adelante” indica Rodriguez.
“Estoy convencido que la gran convocatoria a los talleres y cursos se debe a que supimos entender que hay una necesidad, es casi un tercio de la población que hoy realiza una actividad cultural, educativa o deportiva con la municipalidad, es una función del estado permitir tener acceso a todos, luego está en cada persona poder continuar su formación en el ámbito privado pero el estado debe poder contar con todas las posibilidades.” expresó Rodriguez y agregó “en un momento de crisis o complejo para el país es importante contar con estas opciones, algunos dirán ¿Para qué me sirve? y la respuesta es casi retórica, es como preguntarse ¿Para que sirve un abrazo? si no lo tuvieras serías una persona diferente.”
Una vez más, el cuadro de Carlos Gesell, con su mirada noble, parece formar parte de la charla cuando Carlos Rodriguez desanda los pasos del fundador y hace mención de la necesidad de resurgir el valor de la historia local, la identidad y el amor por la naturaleza “no se puede proteger lo que no se conoce, es clave, ahí está el logro de la sensibilidad del sentido nacional o local: conocerlo, valorarlo y defenderlo, sin ningún tipo de adoctrinamiento, solo dar los instrumentos para que la gente piense y vea, la historia te remite a no cometer los mismos errores”.
Dentro de un contexto político de corte liberal, sostener una mirada sobre la cosa cultural como lo hace Carlos Rodriguez, es una tarea que sólo puede llevarse adelante con acciones concretas, y sobre todo entender que el resultado de la cultura sobre la sociedad es a largo plazo, Rodriguez comprende que “el estado debe apoyar durante la formación y luego de la formación, porque es importante el retorno de los jóvenes a nuestra ciudad, porque las ciudades más grandes ofrecen otra variedad de propuestas y considero que eso debe planificarse desde nuestra área, el amor por el terruño existe y la función de la secretaría, por lo menos desde que estoy al frente de la misma, es lograr que más allá de la política, prime lo ideológico, me debo a esta ciudad, la mirada del intendente es que ABRIR CULTURA no sea simplemente un enunciado verbal, sino una idea muy noble que como funcionario debo cumplir”.
Históricamente la cultura, según la mirada de clase, fue asociada con la elite, sin embargo Rodriguez comprende que aunque “para muchos es mejor tener una población autómata que responde a estímulos sin ningún tipo de requerimientos, cuando vos educas con libertad, debés prepararte para la libertad, nunca la pregunta es la indiscreta sino la respuesta” expresa Rodriguez y agrega una reflexión con respecto a la incidencia de la cultura y el deporte en cualquier sociedad “Para mi es muy fuerte saber que a un chico podemos sacarlo de la calle, con un deporte o con una actividad cultural, yo he visto chicos que con sólo 6 años tienen en sus manos un violín y ellos mismos se sorprenden de emitir un sonido, ver las caras de esos chicos justifica todo el trabajo que uno desarrolla”.
Finalmente Rodriguez hace una comparación en el valor de la cultura como una inversión a largo tiempo “muchas veces es complejo hacer entender a quienes administran la economía, que la cultura y el deporte no tienen resultados mediatos, no es como hacer una calle, que tiene un resultado visual inmediato, en cambio la cultura tiene que ver con la identidad espiritual, que no tiene que ver con lo religioso sino con el espíritu hegeliano, es decir el concepto del espíritu nacional; y los gobiernos que son liberales nunca lo entendieron ni en este siglo ni en el pasado, uno debe entender el valor del ejercicio democrático pero aplico una mirada crítica sobre lo que está sucediendo, mientras en otras ciudades de nuestro país se sigue cerrando la cultura, nosotros elegimos seguir abriendo”.