23-11-2016
Todo un año esperando. Llegaste. Pisás la arena y es una gloria. Mirás el mar y contás los segundos para meterte. No hay nada como estar en Villa Gesell. No te querés ir más.
Un amor de verano, las siestas en la hamaca, las tardes de mate, las noches de picada y asado, los chicos jugando a la escondida y vos pensando: “Que esto no se termine más".
Salís a caminar por la 3. Sentís que una vuelta sola no alcanza. Es la peatonal más linda del mundo, sin dudas. Villa Gesell tiene encanto y vos sos parte de esa magia.
Y cuando crees que ya viste todo. Te equivocás. Se enciende una luz. Llegaste al Faro Querandi rodeado de un bosque de coníferas. ¿Viste? Gesell siempre tiene algo más para mostrar, algo te hace querer volver.
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