El cuartel de bomberos cuenta con una brigada de perros de rescate entrenados para encontrar personas vivas. Lupe, una labradora chocolate de dos años y medio, es las más destacada por su desempeño, la sigue Roco, un labrador dorado con seis meses menos y Miel, la más cachorra de raza malí con solo seis meses de vida.

Hugo Piriz, jefe de los bomberos de Villa Gesell desde hace dos años, contó que desde ese momento ya comenzó la gestión para que el cuartel tenga su propia brigada de perros de rescate.

“Se nos ocurrió formar una brigada de perros a razón de las dos búsquedas de personas pérdidas que tuvimos en Gesell en lo últimos años” cuenta Piriz. Quien al hacer un balance de los primeros dos años de entrenamiento consideró “hemos estado haciendo un fluido intercambios con bomberos de Santa Teresita que están más formados que nosotros y han evaluado muy bien el desempeño de los perros que tenemos.”

“Los perros hacen búsquedas múltiples de personas vivas, los acostumbramos a buscar en cualquier tipo de superficie, en grandes áreas, en estructuras derrumbadas, en chatarra, basura y con animales en el campo. Todo esto influirá el día que tengan que hacer una búsqueda real ya que tienen que conocer todo tipo de olores, de situaciones y de circunstancias” describió su instructor.

La dinámica del entrenamiento es cada 2 o 3 días y a su vez los perros requieren un cuidado especial todos los días a cargo de sus guías. Si bien la brigada aún no han participado de ningún operativo ya está lista para realizar búsquedas reales.

Piriz destacó el intercambio que realizan con cuarteles de la región como Ayacucho, Balcarce, Madariaga y sobre todo Santa Teresita. “Con los bomberos de Santa Teresita nos comunicamos fluidamente, por ejemplo tres meses atrás desapareció un hombre adulto mayor y lo encontraron los perros de búsqueda de cadáveres a 3 metros de profundidad ocultado en la arena”.

Lupe fue la preferida para realizar una muestra de simulacro de búsqueda. El lugar elegido fue un monte lleno de acacias. Lupe, apenas recibió la instrucción de su guía, corrió 10 metros y se detuvo unos pocos segundos hasta que su olfato la llevó directamente atrás de una de las tantos arbustos del área. Allí emitió un particular ladrido y arrastró, sin lastimarlo, a quien jugó el rol de persona buscada hacia su guía. Al respecto su guía explicó “para ellos esto es un juego y van a actuar igual tanto en un entrenamiento como en una búsqueda real.”