La avenida 3 en toda su extensión, enciende sus brillos con más intensidad en la temporada de verano, restaurantes, bares, ferias, shows, algunos son naturalizados por costumbre, pero están aquellos que, cuando pasas los ves, te llaman la atención, generan un estado dentro tuyo y lo ponés en la agenda de “cosas que voy a ir a ver este verano”.

Eso sucede con el Circo del Aire, todo comienza con su llamativo cartel de luces en la esquina de la 3 y 113, nos remiten a las épocas doradas del circo de espíritu rutero, solían llamar la atención de la gente tal cual sucede aún en el 2017.
Las familias forman filas interminables para poder ingresar a diario, en las funciones de las 21:30 y las 23:00hs, porque el circo del aire comienza desde que estás haciendo la cola para entrar al espectáculo.

María del Aire, Directora de la Compañía, se emociona de la alegría que muestra la gente que viene y vuelve a visitar al circo, es por eso que la propuesta suele ser todas las temporadas más arriesgada “este es el noveno año consecutivo con este show de grandes dimensiones, este año somos 7 en la compañía: 2 músicos, 4 artistas de pista y además un técnico de escena.”

Si bien el Circo del Aire es un colectivo de trabajo temporal, el ensayo de un show se desarrolla con meses de anticipación “cada año es una creación nueva, que tiene que ver con los artistas que pueden venir, a veces son shows más aéreos o menos, pero dentro del formato de circo tradicional o contemporáneo, no hay que justificar historias, son números que se van sucediendo y que te quieren llevar a algún lugar.” expresa María del Aire.
El show este año presenta una particularidad única en su género, alejados de las pistas grabadas o musicalización tradicional, el Circo del Aire convocó a dos músicos de primer nivel que acompañan con composiciones propias y enfocadas en lo que sucede en la pista central, se trata de Pablo Zucolo (guitarra eléctrica y criolla, contrabajo y chelo) y Natalio López en la batería, ambos crean una atmósfera incomparable con histrionismo escénico y filosas historias contadas a través de la música.

El lugar se fue llenando de manera inmediata, las gradas apostadas en semicírculo frente al escenario, se encontraban colmadas de familias, sin embargo María del Aire no desconoce que es un año muy difícil en el aspecto económico, aunque confía en su trabajo y en la buena voluntad de la gente “Sabíamos que esta temporada iba a ser complicada, tratamos de achicar los gastos y la municipalidad nos acompañó con esto, yo veo que la gente viene feliz y se va feliz, además de irse agradecidos, vos podes entrar y no pagar una entrada previa, es un show a la gorra con una apuesta muy alta desde lo escénico” indica María que además nos cuenta que dos de sus integrantes fueron al Cirque du Soleil, como un crecimiento profesional, puesto que María sabe que se nutre de lo mejor del under local, de Buenos Aires y de otros lugares.
En esta oportunidad, incluso, tuvo que cambiar el animador principal, esta noche se encontraba el ya famoso Pichi, artista callejero que suplantó al clown principal de la compañía “somos todos profesionales y sabemos que tenemos que hacer, además tenemos una escuela de circo en San Telmo que funciona muy bien todo el año.” aclara María del Aire “estamos felices de tener un espectáculo como este, en un lugar como este.” finaliza con orgullo en sus palabras.

Pedro trajo a sus hijos por primera vez, es de Buenos Aires y mantuvo la risa sostenida durante el espectáculo. “la verdad me encantó, los chicos se rieron con el presentador y a mi me sorprendió el malabarista (el peruano), uno está acostumbrado a verlos en los semáforos de la capital, pero este chico es verdaderamente bueno” explicó Pedro.

Entre los pequeños del público estaba Gisela que le encantó cuando María estaba trepada en la estructura metálica y cautivada miró la actuación de Cristian Gómez (un show en tela y cuerdas donde representa a dos personas en una misma).

La noche concluye con aplausos, todos bajan de sus gradas y es María del Aire quien los saluda con besos y abrazos en la salida del lugar, anfitriona y carismática, comparte su arte y no se niega al cariño, mientras la compañía se prepara para una nueva función, las luces no se apagan, es tiempo de hacer feliz a la gente nuevamente.