En una de las tantas playas céntricas, David, vendedor de pochoclos se destaca del resto por su despliegue cómico. El pochoclero expresa a viva voz en clave de humor: “señor, señora colabore con la fundación... felices mis niños”. David cada tarde logra atraer a numerosos niños junto a sus padres con su monólogos cómicos mientras entrega obsequios a quienes participan; entre aplausos se despide de cada balneario diciendo “bienvenidos y gracias por dejarme trabajar”.

Muchos trabajadores encontraron una alternativa de actividad con la venta de productos en playa ante la recesión económica que derivó en mayor desempleo. Al respecto el Director de Comercio de Villa Gesell, Juan Scuteri explicó “este año muchos más vecinos tuvieron dificultades en contar con el dinero en diciembre para abonar el canon y la ordenanza no contempla desdoblar el canon en cuotas como otros años. No obstante atendimos cada caso e hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para permitir que la gente pueda vender los productos autorizados por ordenanza.”

El funcionario destacó que desde la comuna se fomenta la acreditación de residentes geselinos, por ejemplo, a través de subsidios reglamentados, los vendedores ambulantes geselinos abonan tres veces menos que el resto. Los fondos recaudados de las acreditaciones de venta ambulante se destinan el 70% a la compra de medicamentos para el hospital, el 20% a Bomberos y el 10% a Seguridad en Playa.

Por otro lado el área de Inspección General, a cargo de Daniel Alonso, está actuando sobre los casos que ofrecen productos no permitidos hasta llegar a la incautación de los mismos. En este sentido, Scuteri señaló que trabajan mancomunadamente con este área e informó que este año hay mayor cantidad de inspectores en la calle y en la playa. Sin embargo reconoció que se está trabajando en la incorporación de más inspectores para la próxima temporada con el objetivo de avanzar con la aplicación de la ordenanza vigente que regula la venta ambulante.

Nahuel lleva en su carro bijouterie producida con sus manos usando hilo encerado, mostacillas, piedras y semillas misioneras. “Vengo a Gesell desde hace un montón de años, ya soy mitad de acá y mitad de Longchamp” cuenta el joven artesano y agrega que la clave de su puesto es la gran variedad de productos “siempre la gente busca la variedad, porque la gente quiere ver, quiere elegir y así te termina comprando” recomienda Nahuel como técnica de venta. Los vendedores ambulantes más numerosos son quienes llevan gaseosas, choclos, panchos y por supuesto los churreros. Como Gustavo que vive en Gesell desde el año 2001 y todos los veranos camina por la orilla ofreciendo churros. El resto del año vende el pan que produce junto a su mujer.

Algunos se ganan las risas y así se ganan la vida, otros encontraron una modalidad diferente de trabajar dignamente, finalmente, la venta ambulante regulada con un trabajo a conciencia de la Dirección de Comercio e Inspección general, es una alternativa para que más geselinos consigan su fuente de ingresos en temporada.