14-03-2017
Sonja Tomys habla con suavidad y precisión, su acento germánico marca el ritmo de sus palabras. Su amplia y clara mirada abre un ventanal hacia su historia y la de su lugar; Villa Gesell.
“Vinimos un mes de mayo. El primer invierno fue frío pero la pasamos relativamente bien. Entonces en la primavera nos mudamos para quedarnos y Don Carlos estaba en la gloria después de vivir en Buenos Aires. Aquí no necesitaba cuidarse de la ropa. No se volvió a poner un traje, solo cuando no quedaba más remedio, para ir a Buenos Aires.”
Sonja cuenta que llegó a estas costas siendo una niña en la década del 30 y su educación fue en familia: “Él y doña Emilia nos daban clases ni bien llegamos porque no había escuela”. Al hacer memoria sobre el lugar donde creció expresa “me gustaba, era un desierto, teníamos el horizonte despejado alrededor y la duna era alta. Teníamos un horizonte realmente amplio y despejado.”
Sonja rememora, en aquel momento, las dunas se llamaban “Parque Idaho”. En relación a lo que hoy conocemos como la Villa Gesell creada por Don Carlos, reflexiona: “El cambio fue un progresito todo los días. Ahora es una ciudad y él estaba orgulloso de la ciudad que ha fundado con su señora, porque fue un trabajo en conjunto.”