11-12-2017
Han pasado cinco años de que el Presbítero P. Eduardo Torre llegó a Villa Gesell. Desde ese primer encuentro con el pueblo católico de estos lares, fue ganándose el corazón de los creyentes.
“Yo recibí durante todo este tiempo, la riqueza de esta comunidad. Una comunidad permanente y turística. Son una verdadera familia que me enriqueció mucho” aseguró en sus palabras finales. Durante la última celebración de la misa, el ambiente en la Parroquia Inmaculada Concepción fue conmovedor. Los asistentes cantaron, y aplaudieron cada intervención del sacerdote, y muchos incluso, no lograron contener las lágrimas. El mismo Padre Eduardo, tuvo que ser incentivado por los creyentes para poder terminar su discurso, en un momento en el que se lo pudo ver notablemente emocionado. “Gracias. Ya está, ya pasó. Los Torre somos llorones” confesó luego de ese instante de quiebre.
Casi sobre el final de la misa, muchas personas de la comunidad católica se acercaron al altar, para expresarle su sentir al párroco, todos le brindaron además, presentes de despedida. El Intendente Municipal, Gustavo Barrera, le hizo entrega de la imagen del Faro Querandí, emblema de Villa Gesell, realizado por alumnos de una escuela geselina y manifestó: “Quiero agradecerle Padre, por todo lo que ha hecho por nuestra comunidad. Por las alegrías que nos ha tocado vivir juntos, y también aquellos momentos tristes, cuando nos ha tocado despedir a algún vecino. Sus mensajes han sido claros y precisos, sobre todo siempre apuntalando la unidad, la fe y la fortaleza de cada uno de nosotros”
Finalmente, la Orquesta Municipal, llenó de excelente música la Parroquia, en donde el Padre Eduardo y los asistentes, se fundieron en un eterno abrazo.